Cuando las personas experimentan un trauma secundario, pueden sentir o experimentar:
Estos pensamientos y sentimientos pueden resultar incómodos o embarazosos tanto para las familias como para los equipos profesionales. Al fin y al cabo, son todas personas adultas preparadas para la crianza o para su desempeño profesional, a las que se supone la capacidad de hacer frente a la situación. Eso hace que los sentimientos negativos hacia el niño o niña sean aún más difíciles de afrontar o admitir. Y además, reconocer que lo que se siente tiene efectos en el trabajo que se hace suele ir acompañado de juicios negativos pues se ve como poco profesional.
El bloqueo de cuidados o los cuidados bloqueados es una idea relacionada con el trauma secundario cada vez más reconocida, particularmente en el mundo de la adopción. Dado que se basa en sólidos fundamentos neurocientíficos, puede ser una idea útil para quienes se resisten a explicaciones más emotivas o “sensibleras».
Los terapeutas y psicólogos Dan Hughes y Jonathan Baylin explican que los bebés han evolucionado para activar sistemas de recompensa en el cerebro de las personas adultas para motivarlas a cuidarlos. Esto es muy importante para que las personas adultas sigan cuidándolos a pesar de los efectos adversos de la crianza, como dormir poco. Muchas veces, por ejemplo, las personas pueden sentirse irritadas con un bebé que no para de llorar… y al momento perdonarlo todo cuando las mira a los ojos o les sonríe. Hughes y Baylin explican que nuestro sistema dopaminérgico, o de recompensa, se inunda de dopamina en ese momento, y nos quedamos enganchados, haciendo todo lo posible por hacer feliz al bebé y provocar otra sonrisa o risita.
Sin embargo, es más difícil enseñar o criar a un niño o niña que ha tenido una infancia marcada por situaciones adversas, como quienes llegaron a sus familias a través de una adopción o viven bajo la tutela del Estado, ya sea en una familia de acogida o en un centro. No siempre responden a nuestros cuidados, afecto y atención como lo hacen las personas de su edad que han tenido un desarrollo típico. Puede que, por mucho que nos esforcemos por ganarnos su confianza, no lo logremos en absoluto o incluso que adopte una actitud de oposición total. Sentir que ponemos mucho de nuestra parte para únicamente obtener un rechazo frontal es duro. Cuando esto ocurre, nuestro sistema de recompensa se agota y los sistemas de nuestro cerebro que apoyan la empatía empiezan a apagarse en un intento de protegernos del rechazo y el dolor. Como resultado, se puede sentir desmotivación y culpa y el instinto natural de cuidar se bloquea.
Experimentar este bloqueo no significa que seamos personas insensibles. La noción del bloqueo de cuidados ayuda a comprender la experiencia personal y explicar el cansancio y agotamiento que deriva de una crianza intensiva.
El siguiente cuestionario puede ayudar a la dirección del centro escolar y al personal a identificar situaciones de riesgo de burn out o agotamiento:
Psicológico | Físico | Conductual |
---|---|---|
Irritabilidad | Alteraciones del sueño | Mayor asunción de riesgos |
Ansiedad | Cambio en el apetito | Comer en exceso o en defecto |
Depresión | Se sobresalta con facilidad | Agresividad |
Ira | Problemas estomacales | Hiperactividad |
Cambios de humor | Dolores de cabeza | Desgana |
Sensación de "exceso emocional” | Ritmo cardíaco acelerado | A menudo llega tarde al trabajo |
Entumecimiento emocional | Fatiga | Llamar a menudo para decir que se encuentra mal |
Falta de concentración | Tensión muscular | Trabajar a menudo horas extras |
Pensamientos intrusivos | Incapacidad para relajarse | Cambios en los hábitos de fumar y beber |
Pensamientos desorganizados y confusos | Dolores de espalda y cuello | Cambios en el aseo y/o la higiene |
Falta de memoria | Dolores y molestias generales | Disminución del rendimiento |
Indecisión | Pérdida de líbido | |
Cinismo | Pasividad | |
Duda | Morderse las uñas | |
Alienación | Lenguaje corporal incómodo | |
Pérdida de esperanza | ||
Sensación de vacío | ||
Culpabilidad | ||
Desilusión | ||
Reducción de la sensación de logro o propósito | ||
Apatía mental | ||
Sentirse abrumado o abrumada | ||
Aburrimiento |
El trauma secundario y el bloqueo de cuidados no son buenos ni para el personal, ni para el alumnado, ni para las escuelas. Dan lugar a entornos muy tensos en los que todo el mundo se siente agobiado y la rotación de personal es alta, lo que dificulta aún más que la escuela se asiente.
El apoyo entre iguales puede ser un importante recurso de afrontamiento para quienes trabajan con niños o niñas desregulados. Compartir experiencias con otras personas del entorno educativo puede permitir al personal desahogarse cuando lo necesiten, normalizar sus reacciones emocionales y disminuir los sentimientos de aislamiento.Los miembros del equipo pueden actuar como fuente de validación y resiliencia para sus colegas de trabajo. Pueden ayudarse mutuamente a ver otras perspectivas cuando están atrapados en experimentar el comportamiento del niño o niña como algo personal. Pueden crearse grupos de apoyo mútuo en los que el personal se reúna para reflexionar sobre su práctica e informar de situaciones estresantes. Una discusión estructurada que mantenga la empatía tanto hacia los/as colegas como hacia el niño o niña puede ser útil para el personal.
El trabajo complejo en relación con las necesidades psicológicas y de protección de los niños y niñas puede suponer una pesada carga profesional y personal para el profesorado. La supervisión no consiste en gestionar su rendimiento: no se trata de comprobar, medir o evaluar lo que hace el personal. Los espacios de supervisión deben ser espacios seguros y confidenciales, donde encontrar apoyo para procesar las propias prácticas y reflexionar profesional y personalmente para progresar y avanzar de forma positiva. Cuando funciona bien, la supervisión puede reducir los problemas de salud mental relacionados con el estrés, mejora la retención del personal y garantizar que éste pueda dar lo mejor de sí mismo a los niños y niñas.
El autocuidado implica cuidarnos en lo que respecta a nuestro estilo de vida y al equilibrio entre trabajo y vida privada, tanto en general como en el día a día. El autocuidado puede ser difícil de priorizar para las personas cuidadoras, incluido el profesorado, pero es esencial para evitar el agotamiento y mantener la empatía con el alumnado.
A continuación se muestra una rueda de autocuidado que describe algunas formas diferentes de aplicar el autocuidado.
Área de autocuidado | Lo que hacemos bien | Próximos pasos |
---|---|---|
Físico | ||
Emocional | ||
Intelectual | ||
Social | ||
Creativo | ||
Espiritual |
El autocuidado es importante para evitar la acumulación de un estrés malsano. Es importante que el profesorado cuide de sí mismo para que, a su vez, puedan cuidar lo mejor posible del alumnado. He aquí algunos consejos básicos para que los profesores y profesoras (y demás profesionales de la educación) cuiden de su propio bienestar.
El calendario educativo suele estar repleto hasta el último minuto, por lo que el primer paso para mantener el bienestar es sacar tiempo para una/o mismo. Esto puede implicar decir no a compromisos adicionales, tanto dentro como fuera del lugar de trabajo. Una buena forma de empezar puede ser tomarse un descanso o un almuerzo completo y dedicarlo a hacer algo para una/o mismo.
La falta de sueño prolongada puede tener efectos muy perjudiciales para la salud, el bienestar psicológico y el rendimiento laboral. Para mejorar la concentración y el estado de ánimo, los estudios sugieren que deberíamos dormir entre 7 y 9 horas cada noche. Intente seguir una rutina de sueño que le permita sentirse totalmente recargado o recargada. Una persona más despierta hará que el alumnado esté más alerta y le dará la energía que necesita para mantenerse fuerte ante la adversidad.
Pasar tiempo hablando con colegas de trabajo, amistades y familiares puede servir de catarsis y liberar el estrés reprimido, sobre todo después de un mal día. Compartir experiencias y sentimientos con otras personas también puede ayudar a ganar perspectiva en situaciones complicadas. Pero no hable solo de trabajo: asegúrese también de dedicar tiempo a relajarse y pasar un buen rato con los demás.
Es fácil caer en la rutina de ir de casa al coche, de clase al coche y de vuelta a casa sin salir al aire libre durante el día. Cuando estamos constantemente en ese “encierro”, nos perdemos el mundo natural que nos rodea. Para muchas personas, la naturaleza resulta reparadora y fuente de paz. Incorpore un poco de ejercicio ligero como estímulo adicional. Un paseo a paso ligero por un parque puede hacer maravillas.
El profesorado dedica tanto tiempo a desarrollar los conocimientos y habilidades de su alumnado, que a menudo se olvida de prestar atención a su propio crecimiento y desarrollo personal. Esto puede ser diferente para cada persona, y puede implicar reciclarse, retomar una vieja afición, asistir a un taller de manualidades o leer un libro. Lo que le apetezca.
Recursos:
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